ORIGEN
El Amaranto es uno de los cultivos más antiguos de Mesoamérica: los Mayas, los Aztecas, los Incas, pueblos recolectores y cazadores, lo conocían. Los primeros datos de esta planta datan 10 mil años, según algunos investigadores, y otros, como Juan Manuel Vargas, de la Universidad de Sonora, señala que “las muestras arqueológicas del grano de amaranto o Amaranthus cruentus, hallados en Tehuacan, Puebla, se remontan al año 4.000 a.C. Lo que convierte en uno de los cultivos más antiguos.
UBICACIÓN
Cinco siglos después esta semilla sigue siendo parte de la alimentación y de la identidad de las familias de la comunidad de Santiago Tulyehualco, lugar con semilla de amaranto de alta calidad declarada Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México.
Tulyehualco se ubica al sur oriente de la Ciudad de México, en la alcaldía Xochimilco al norte del volcán Tehutli. Zona cuya parte más alta cuenta con tierras de cultivo que siguen captando agua y en las cuales parte de la población sigue desarrollando una forma de vida ligada a la tierra, a los recursos naturales. La gran variedad de su flora y fauna utilizable para la alimentación y para la realización de actividades de lo más diversas, como la lapidaria, la cestería (chiquigüites) y de la agricultura. Conservando con ello y a pesar de las dificultades que enfrentan, la tradición y costumbre de continuar con la práctica milenaria de la agricultura. El agua de los lagos de Xochimilco y Chalco llegaban a lo que hoy son las avenidas Aquiles Serdán y División del Norte. Al norte de este bordo se extendía el inmenso lago. Al sur la breve zona de transición. Terminando esta iniciaba la inclinación del volcán Tehutli, con ello su zona rocosa. A su pie brotaba gran cantidad de manantiales, que de forma permanente alimentaban al lago con agua limpia y cristalina, apta para la agricultura.
Estas características del espacio geográfico llevaron a sus primeros habitantes a asignarle nombre al sitio en el cual se establecieron, y con esto a ellos mismo como pueblo. “Cerca de los tules o Cercado de tules”, que es la traducción del Náhuatl al español del significado de Tulyehualco; como se le conoce actualmente. El espacio deja de ser un terreno de nadie y de todos, para pasar hacer el territorio de quienes lo habitan, lo usan, lo trabajan, lo simbolizan, lo imaginan, lo modifican y con ello lo construyen y reconstruyen.